jueves

Sillón hamaca

En realidad son dos sillones y se los denomina así, pues descansan sobre sendas curvas y gracias a ellas uno al sentarse se puede hamacar. Me acompañan de toda la vida y están ubicados en mi cocina, de espaldas a una mampara toda vidriada que da sobre un patio, en el que hay un techo alto, siguiéndole un parral que da una sombra espectacular. Fueron hechos en el setenta y pico y están tapizados por mi señora.

Para que la curva no se gaste, le coloqué cinta de enrollar persianas, pegadas con cemento, y en las puntas aseguradas con tornillos.

Ahora que estamos jubilados, todas las mañanas sentados en ellos, leemos los diarios con mi señora, tomamos mate y después salimos a hacer las compras del día.

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